Add parallel Print Page Options

Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a decirte: “Compra mi campo de Anatot, porque tuyo es el derecho de rescatarlo mediante compra”.

Pues bien, tal como había dicho el Señor, mi primo Janamel vino a verme al patio de la guardia y me dijo: “Compra mi campo de Anatot, en territorio de Benjamín, pues tú tienes el derecho de adquisición y de rescate; cómpramelo”. Yo me di cuenta de que se trataba de la palabra del Señor. Así que compré el campo de Anatot a mi primo. El dinero que pesé ascendía a diecisiete siclos de plata.

Read full chapter